“Vi el arpa, me enamoré de ella y la quise flamenca”, así explica Ana Crismán su historia de amor con el instrumento de cuerda tan asociado a la música clásica. El romance comenzó en Irlanda, donde la pianista jerezana de 37 años se topó con un arpista callejero, y quedará consolidado en esta edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla donde, por primera vez, el arpa sonará a compás. Crismán es una de los 11 instrumentistas que a partir del 17 desfilarán por el Real Alcázar en una edición que ha querido que la guitarra comparta protagonismo con el piano, el saxo, la flauta o el clarinete.

 

Imágen: Paco Fuentes

Fuente: elpais.com