La arpista jerezana Ana Crismán, artísticamente conocida como Arpajonda, ha conseguido producir de un instrumento tan clásico como el arpa sonidos al más puro estilo flamenco. Pianista de formación y profesora de música, Crismán ha desarrollado de manera autodidacta un lenguaje original para el arpa, al que ha querido alejar del clasicismo e integrarlo, de forma pionera, en la música característica de su tierra.